Carlos Mota / Un Montón de Plata / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial
México vive una crisis oftálmica de magnitud considerable, con tres millones de personas en necesidad potencial de tratamiento quirúrgico para evitar condición de ceguera o discapacidad visual, de acuerdo con estimaciones de Gerardo Gleason, presidente de Medical Dimegar, y uno de los empresarios expertos que más ha estudiado el tema.
Me reuní con Gleason recientemente. Conocí la historia de su emprendimiento, hace más de 35 años, cuando colaboraba con una empresa de distribución de insumos médicos, para luego independizarse y formar la propia, dedicada a la proveeduría de estos productos al sector público (IMSS, ISSSTE, y varias instituciones estatales del sector salud).
Gleason ha vendido desde gasas y algodones, hasta desarrollar ahora un sofisticado sistema de proveeduría de soluciones directas al quirófano. Hoy su empresa cuenta 220 empleados y 450 millones en facturación.
Una de las áreas de mayor énfasis de Medical Dimegar es la oftálmica, en la que ha identificado un abanico de necesidades que refleja una gigantesca brecha si se toman en cuenta los limitadísimos recursos en esa especialidad. Para darnos una idea, apunta, solo existen seis mil oftalmólogos certificados en el país, de los cuales únicamente la mitad está capacitada para realizar cirugías.
Es una proporción bajísima para las necesidades de la población. De hecho, de los 16 millones de pacientes con diabetes en el país, todos con posibilidad de desarrollar algún grado de retinopatía diabética, tres millones están en ausencia total de cobertura de salud pública. Es una cifra gigante.
Para mitigar este problema Gleason lanzó en la Ciudad de México un centro de capacitación para oftalmólogos que requieren afinar aptitudes quirúrgicas, la Oftalmo University.
El centro tiene equipo de última generación con Inteligencia Artificial, y en sus simuladores es posible trabajar sobre un órgano artificial que simula 99.5 por ciento al ojo humano. Si lo pinchas erróneamente, te salpicas de vítreo, explica Gleason. Es muy realista, y los cirujanos salen de ahí con confianza total en la utilización de los equipos más modernos. Doctores de América del Sur y África ya se están capacitando ahí.